Hotel Montaña Negra Aluminé

Reseña de un crítico de hotel

Mi reciente estancia en Montaña Negra fue simplemente sublime. Desde que llegamos, la calidez de Carlos y Noemí nos hizo sentir como en casa, dándonos un trato excepcional que vale su peso en oro. La habitación que elegimos tenía una vista impresionante del río Aluminé, lo cual acompañaba perfectamente las exquisiteces del desayuno: pan recién horneado y mermeladas caseras que te transportaban a la esencia de la gastronomía local. Los espacios compartidos, como el jardín y el salón, son perfectos para relajarse después de un día explorando las maravillas naturales de los alrededores, donde se pueden disfrutar actividades como senderismo y pesca. Además, la tranquilidad del lugar, mezclada con el sonido del río, hace que uno se sienta renovado y con ganas de quedarse más tiempo. Sin duda, planeo volver, ya que Montaña Negra no solo ofrece un confort básico, sino que su atención personalizada convierte cada estadía en una experiencia inolvidable. ¡Gracias, Carlos y Noemí!